De Covarrubias a Lerma hay esquenas por el cielo. La tierra alza sus manos en los árboles desnudos que entre la rosada carne de la luz buscan su tregua. En Santillán, por otoño, la última luz se agrieta.
Publicado en el boletín de información La voz de Lerma de noviembre de 2012
Muy bonito, Carlos
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