jueves, 1 de julio de 2010

La república solipsista

Con el tiempo uno aprende a conciliar
los rigores de esta república solipsista
hasta alcanzar un estado de enajenación
suficientemente verosímil.


Pero el miedo deshace la ficción
y nos amarra a la identidad que perdemos
con cada desperezo.
Tal vez soñar sea el más genuino acto
de vida consciente y fruitiva,
y sin embargo renunciamos
a su potente salvoconducto.


Aunque es inútil que el alba persevere en su ciclo.
Tan sólo es un accidente pasajero
que a veces propicia el agasajo
de tu caricia suspendida.


La carne es el libro de registro
de esta inmensa galería de espasmos
donde tú y yo nos perdemos
cada mañana al despertar,
vana es la ilusión de cruzar esa frontera
sin papeles.

Gonzalo Gil Martín (1997-). El Paraíso
Bolígrafo rojo sobre papel cuadriculado
2009

domingo, 16 de mayo de 2010

Determinado

Vienes de nada,
administras tu herencia
y, sin más, mueres.




Gonzalo Gil Martín (1997-). Caminos imposibles
Acrílico sobre lienzo. 29 x 21 cm.
1 de junio de 2010

miércoles, 28 de abril de 2010

Cuestión de fe

No malogres tu esperanza.
Algún día habrá de quebrarse
la terca sustantividad
de los poderes omnímodos.

miércoles, 7 de abril de 2010

Doble vida

Dar un respingo,
estar de pronto
en el nivel de fábula
donde los sueños,
todos, se cumplen.
Apurar la catarsis
cuanto se pueda,
no vaya a ser
que nos estallen
las arterias de pánico.
No valen trucos
ni sucedáneos.
Y regresar a casa,
nunca muy tarde
y recompuesto,
con los pies emplomados,
sucios de brasas
del tabernáculo.

domingo, 21 de marzo de 2010

Pragmalingüística

De tu gusto de acíbar indulgente
nace mi calentura, son tus flujos
el néctar de mi excitación larvaria.

Cautivan sus turbias ensoñaciones.

Me complace revisitar los pliegues,
los vanos del jardín de las delicias,
y contener el curso de los cielos
en mis papilas, en los diminutos
intersticios de un húmedo vacío.

Segregas una mixtura agridulce
que saboreo sin prisa ni hartazgo
en los perfiles de tu ingravidez.
Te corres, la vida se desbarata
en una atávica danza del vientre,
es el fin de la gris convalecencia.

Apuro tu mar, rehaces mi sangre,
sorbo hasta el último de tus dominios.

martes, 16 de marzo de 2010

Delirio

Cada vez noto más brizante el contacto de tus labios,
cada día el deseo apronta más su floración
y el minuto de mis sueños se alarga inversamente,
alcanzando en el cero su combustión poderosa.

Aprisa, es inevitable el reencuentro
con la víspera de todo.
27 de julio de 2009

domingo, 14 de marzo de 2010

Epidermis

tu caricia se arrebuja en su propia evanescencia
hacia el lugar preciso que usurpa mi ombligo
demorando su remate en el confín
de mi piel con la nada
entre la memoria de las cosas y la sábana
cuesta situar las exactas coordenadas
el lugar sagrado donde la disolución de este pulso
reposa inmarcesible para siempre
jamás

Sostenuto

Si acaso pudieras retrasar el tiempo,
acompasarlo, teñirlo de beatitud,
cercenarlo y brindármelo en tu boca de coral,
tal vez lograría el efímero
cumplimiento.
3 de noviembre de 2008

sábado, 13 de marzo de 2010

Bulto

Urge la dicha.
Los girasoles granan
ante tu tumba.
3 de septiembre de 2009

Patria potestad

Tengo dos hijos
que afrontarán inermes
su itinerario.

11-M

He vuelto a ver titilar su halo rojo
y su aterida flama prisionera
y al monaguillo que fui en horas santas
sublimar furtivos besos y orar.
Hoy su rojo duele más y su aroma
enluta calles, aulas y estaciones.
Cuatro jinetes a Alberto han mudado
y mis ojos se arañan la memoria.
Su roja ausencia ha traído las cosas
de cuando casa y parroquia y novieta.



A Juan Alberto Alonso Rodríguez (1965-2004)

Tonight

Hoy me he acostado pensando en ti
y en un jardín de poliedros amarillos
cuya fragancia embrujaba a las alondras.
Hoy me he acostado sin tenderme
en la alfombra ancilar de mis desdoros
y he paladeado el néctar de tus mejillas.
He saludado la madrugada
con un gesto venidero, ausente,
y he encontrado un descanso decisivo.
Duermo al fin, yace mi cuerpo en la sombra
iluminado por una dentellada mortal,
y la espesa distancia que nos separa
descerraja de un golpe mis anhelos.
A flor de piel se ensartan unos con otros
y vibran como cometas impulsados
por un siroco de lágrimas.
Hoy me he rendido definitivamente
a la divina paráfrasis de amar,
el mundo parece recobrar de una vez
su consabido encanto.

11 de enero de 1988